Destino

A veces, nos obsesionamos con tener todo bajo control, con calcular hasta el más corto de los pasos de nuestra vida. Pero no, nuestra vida no es un mapa del que nunca podemos desviarnos. A veces el destino es esa meta tan lejana, ese momento futuro en el que parece que todo va a tener sentido. 

Pero, ¿qué pasaría si el destino no fuera un lugar al que llegar, sino todo lo que vivimos en el camino? ¿Y si el destino fuera cada decisión, cada tropiezo y cada reintento? Quizás el destino es esa persona que conociste cuando menos lo esperabas. Quizás el destino tiene que ver con ese día en que decidiste cambiar el rumbo de tu vida sin saber lo que venía después. Quizás el destino es dejarte llevar, porque de eso se trata la vida. Quizás el destino es todo lo que crees que no es. 

No somos solo viajeros hacia una meta; somos creadores de cada paso. El destino, lejos de estar escrito, se construye en cada momento, en cada elección que tomamos. Tal vez lo único que necesitamos no es encontrarlo, sino aprender a disfrutarlo, a confiar en que estamos justo donde debemos estar, aunque el camino no sea perfecto, aunque los desvíos nos asusten o las dudas nos hagan frenar.

Así que, tú, que ahora mismo estás leyendo esto, cuando pienses en tu destino, recuerda que no está allá, esperándote en algún rincón de tu futuro. Está aquí, en cada instante en que decides seguir adelante, a pesar de todo.




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