En cada movimiento, en cada respiración, en cada instante. Ahí es dónde podrás encontrar la verdadera armonía. Quizás buscar el equilibrio sea una de las mayores batallas del día a día. Porque mantener la estabilidad frente a los desafíos parece misión imposible.
Pero os diré algo. A veces, el caos se disuelve y el cuerpo conjunto con la mente encuentran el balance perfecto. Es ese espacio de calma en el que entendemos que la armonía no es algo tan complicado de alcanzar, sino un estado al que todos podemos acceder. Aceptar las imperfecciones y fluir con ellas.
Y si algo debo recordar es que la verdadera armonía se trata de aprender a bailar con nuestras contradicciones. Abrazar la luz y la sombra. Al final, el viaje hacia la armonía es un retorno a nuestro centro, donde el ruido externo se silencia y todo lo que queda es la esencia pura de ser.

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