Sí, la Fontana di Trevi gana varios miles de euros al día. Para muchos, eso es una fortuna. Pero, si miras a tu lado, quizás al frente o quizás detrás, ahí está la verdadera fortuna. La fortuna es la persona que está a tu lado mientras tiras la moneda o aquella que te está sacando la foto en la fuente más famosa y visitada del mundo. La verdadera fortuna no se trata de los miles de euros que tengas, la riqueza son todas las personas que día tras día te recuerdan lo bonito de la vida. La fortuna son los momentos que vives, aquellos que no se compran con dinero, son las sonrisas, los atardeceres, los viajes espontáneos y las conversaciones hasta la madrugada. La fortuna es ese abrazo que te reconforta en los días más complicados, es la risa compartida en un día cualquiera, y las pequeñas cosas que llenan.
Porque al final, la vida no se mide por lo que acumulas, sino por lo que compartes y lo que sientes. Así que la próxima vez que estés en la Fontana di Trevi, recuerda que la verdadera fortuna no está en el fondo de la fuente, sino en los corazones que te acompañan en el viaje de la vida.
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